martes, 17 de julio de 2012

Un resplandor

Una luz temblorosa apenas visible sobre las olas llamo la atención del gran almirante que caminaba sobre la cubierta de la Santa María aquella noche de octubre, un resplandor que subía y bajaba alla en la lejanía y que parecía indicar la proximidad de la tierra firme; así fue consignado, más el amanecer revelo únicamente la soledad del océano.
Y la robusta carabela cruzo silenciosamente sobre el cuadrante donde la noche anterior se vio aquello, pero nadie lo noto, ni siquiera el fatigado Colon que inquieto seguía buscando las señales alentadoras junto a sus vigías, tan atentos al horizonte que no repararon los restos que la quilla dejaba atrás a su paso entre los trozos de una balsa de hule, un pedazo de metal, un asiento desgarrado, una maleta abierta, un oso de felpa, un ejemplar del London Times y una pequeña caja negra que inerte repetía un bip que nadie escuchaba.
-¿Alguien nos puede escuchar?, ¡Dios mio no sabemos donde nos encontramos, nuestro avión cayo anoche en el mar! ¡Por favor si alguien nos escucha manden ayuda, somos sobrevivientes del Super Constellation vuelo de Londres a Bahamas!, si alguien capta este mensaje... ¡Bill, Bill es un barco enciende la bengala! ¡Auxilio,auxilio por favor aquí estamos, aquí estamos...Oh Dios no es posible, no es po...!.
Al día siguiente Cristobal Colon llegaba a la isla de San Salvador.

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