viernes, 30 de octubre de 2015

De la muerte.

1-El viento afuera
y yo encerrada en el mausoleo
por las ventanas veo
el viento entre los pinos
las montañas verdes
el sol añóso entre las nubes
sostengo en mi mano el misal
el rostro pétreo volviéndose a
las húmedas paredes
rezos
oraciones
una fecha desvaída
luego otra vez el viento
la nieve
el frío
un rechinido
silencio
luego lo se
mi amado ya viene por mi.

2-Dicen que nacemos muriendo
que cada dia crece poco a poco
con cariño casi esperando el momento
de asaltarnos con dolor y sorpresa
ya fuera el dolor de costado
el vómito negro o el vómito blanco
la sangria o el mal aire
el traidor encuentro en la vereda
la piedra que aplasta
la lluvia que ahoga
casi esperando con cariño es ese
instante en que atisba con malicia
en el rincón del cuarto
en el pasillo del convento
o la grava del cuartel
y antes que sepamos quién es
nos llega con la plena certeza
de que ya estamos bien muertos.

3-Era una mas de la tropa
seguía su camino recogiendo despojos
y oraciones
plegarias y angustias
todos sabían
pero nadie la convocaba
al clarín
al pase de lista
al sueño inquieto alrededor de la fogata
caminaba con ellos
quien sabe ha cuanto
desde que salieron del pueblo
el día de la emboscada en la sierra
cruzaba las rancherías entre el mauser
y la metralla
alguien le compuso corridos
coplas
rimados
ella sonrió
complacida ofreció su mayor favor
fue el día del cólera morbo
luego
ella siguió las veredas
en busca de otra tropa.

4-Tomo mi mano
entre tus manos
la vida se va
la sangre poco a poco
petrificada vuelvese azul
en tu rostro pétreo
siento ya la cercanía
del roble y el marmól
del formol
indefinido aroma a tierra
indefinido aroma a musgo
hierbas
huesos
entre la seda el tul
las organzas desprendidas
el gusano que horada lentamente
tus blancos senos
más antes del capítulo final
arrastro tu vida inerte
entre mis brazos
lánguida y poética
al daguerrotipo de la esquina.

5-Embrutecido
invocaste cien veces mi nombre
como una oración al Dios sordo
al Cristo inmóvil que nada hizo
la foto de los hijos
querubines de ojos muertos
mirando a la nada
pulmonía
influenza
que importaba
tan sólo el ajenjo inacabable
para poder morir y alzar esos
escalones a la eternidad
¡falsa ilusión!
ante ti ignoraste la palabra
el reproche
la amargura
apuraste el trago
supuraste la herida
pediste clemencia
asentí sin mencionara mas
tome tus brazos
bese tus labios
luego muy despacio
deposité tu cuerpo
entre las fosas
y brinde por tu descanso.