Cenizas.
Y cuando desperté ya no estabas a mi lado,
tan sólo el polvo de un cigarrillo delineaba tu figura
aún percibía en el aroma de la mañana el olor de tu piel
pero te habías ido y no pensaba en volverte a ver
tan sólo recogí lentamente las cenizas de nuestro amor
y con cuidado fui soplando de mis labios un quieto vientecillo
que las fue desparramando por toda la habitación
dejando en cada rincón tu huella multiplicada
que fue cayendo poco a poco en copos sobre mis recogidos pechos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario